A muchos perros les encanta salir a pasear por la nieve y retozar. Debido a que cada vez hay más caminos asfaltados, debes revisar las patas de tu amigo de cuatro patas a diario. La sal de la carretera suele resecar la piel de las almohadillas y hace que se agrieten. Lamerse también puede provocar una inflamación.
Aquellos que no puedan evitar los senderos arenosos deben bañar sus patas en agua tibia después del paseo y luego aplicar una crema para el cuidado de las patas. Esto evita que la sal cause daños y mantiene las almohadillas flexibles. Los mechones largos de pelo entre las almohadillas deben recortarse, ya que de lo contrario la nieve entre y bajo las almohadillas se aglutinará y formará hielo, lo que puede provocar lesiones.
Si ya hay grietas, un Walker Active protegerá la pata durante el siguiente paseo. La robusta suela de la banda de rodadura proporciona al animal agarre incluso en terrenos resbaladizos y pedregosos. El material de malla transpirable y los prácticos cierres de velcro garantizan una gran comodidad de uso.
Las patas lesionadas se curan con la ayuda del Walker Care Comfort. Esta bota blanda con forro polar evita que el perro se lama la herida, favorece la cicatrización y reduce el riesgo de infección.
Para las lesiones leves, también son adecuados los calcetines para perros con un revestimiento de goma antideslizante en toda la parte delantera del calcetín. El robusto revestimiento de goma también evita que el perro herido o incluso viejo se deslice en suelos resbaladizos.
Si las grietas del juanete no se curan en pocos días o el perro cojea más a menudo, es aconsejable consultar al veterinario.